El café y la música siempre han ido de la mano. Desde la llegada del café a Europa, establecieron una conexión profunda que ha originado una combinación perfecta a lo largo de la historia. Se complementan, se inspiran, han crecido y desarrollado a la par. No se puede entender un estudio exhaustivo de la historia de la música sin tomar en cuenta el factor del café. Han hecho época juntos y de ellos se han derivado las más grandes creaciones de la cultura universal.
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¿Qué tienen en común la música y el café?
Desde la creación de la primera cafetería en Londres en 1652, su aroma se fue extendiendo por varias ciudades europeas y americanas; y con ello, el lenguaje universal de la música, las charlas, la cultura, y el pensamiento crítico. En París, frente a la Comédie-Française, el Café Procope ha sido a la fecha uno de los puntos de congregación de intelectuales y artistas desde 1686. Se dice que dentro de sus puertas se gestaron obras como La Enciclopedia de Diderot, o los esbozos de la constitución de los Estados Unidos, por Benjamin Franklin. De acuerdo con Gérard-Georges Lemaire (1), aquí se fundaron los primeros cafés literarios, donde Voltaire, Rousseau, y Diderot eran “habituales contertulios.” y grandes consumidores de café. Las ideas de libertad, igualdad, y fraternidad, que se respiran en este café se hacen sentir en los grandes cafés del mundo. Donde el optimismo, energía, bienestar, y libertad de expresión con cada sorbo de café invitaban a la reunión, debate, creatividad, contraste, y revolución, en un período de grandes cambios conocido como La Ilustración.
La música no fue la excepción. Uno de los rasgos distintivos de este periodo fue la gran cantidad de productividad de los compositores de esta época. De acuerdo con John A. Rice (2) acuerda que no es coincidencia que en el siglo XVIII haya habido esta “maniaco-intelectual-creatividad artística.” Misma que fue precedida por la introducción a Europa de esta “droga” del café. Bach, Haendel, Telemann, Mozart, Haydn, Beethoven por mencionar algunos, fueron grandes consumidores de esta bebida. Y de acuerdo con el autor, su prolificidad y creatividad se la deben al café.
El famoso Café Zimmermann
En Leipzig, el célebre compositor Georg Philipp Telemann funda el Collegium Musicum una sociedad musical de estudiantes universitarios que se reunía en el Café Zimmermann, fundado por Gottfried Zimmermann en 1715. En este lugar se tocaba música profana instrumental y vocal por placer y diversión mientras se tomaba una taza de café. Es aún más famoso porque en 1729 J. S. Bach toma la dirección del Collegium Musicum. Aquí se estrenaron varios de sus famosos conciertos de teclado, música instrumental así como la famosa Cantata del Café (ópera cómica), música secular que habla en tono jocoso de la adicción al café. En el texto de Picander se pueden apreciar frases como: «Si no pudiera, tres veces al día, beber café, mi pequeña taza de café, en mi angustia me convertiré en un reseca cabra asada» Recordemos que Bach no compuso óperas, pero esta cantata es una fiel representación del estilo.
De acuerdo con Rice, Bach celebraba los placeres del café en esta Cantata de 1732. También apunta que entre sus posesiones al momento de su muerte en 1750 sugiere que en su vida privada tomó parte devotamente y con entusiasmo en la cultura del café de Leipzig. En su testamento incluía “1 olla grande de café, 1 olla pequeña, 1 tetera grande, 1 plato para café, 1 olla de cobre grande, 1 olla pequeña de cobre, 1 olla miniatura de cobre, y una charola de cobre para café,” Entre otros instrumentos para la elaboración de té y chocolate.
Los invito a escuchar esta interesante representación dramática musical de la obra: La Cantata del Café.
https://www.youtube.com/watch?v=B6Loyexw3uk
El anecdotario musical
Son innumerables las anécdotas por la predilección del café a lo largo de la historia. Son tantas que seguramente tendré que escribir una segunda entrega de este blog para relatarlas todas. Una de las anécdotas musicales que más me gustó en esta búsqueda es la que relata Anton Schindler -uno de los primero biógrafos de Beethoven- y citada también en el artículo de Rice, dice:
Para desayunar preparaba él mismo su café en una cafetera de cristal. Parecía ser que el café era su más indispensable forma de nutrición. Lo preparaba con el mucho esmero y cuidado. Sesenta granos de café eran calculados como la medida correcta para cada taza, y usualmente los contaba, especialmente si había invitados presentes.
Este es tan solo un ejemplo de los que me he encontrado. Sin embargo es sabida la utilización de esta bebida dentro del ambiente cultural en músicos como Liszt, Brahms, Schumann o Mendelssohn. Quienes lo hacían parte de su vida cotidiana como un potencializador creativo y artístico.
Nuestro cerebro con la música y el café.
Ya que hablamos de la sinergia que existe entre la música y el café, creo que es importante fundamentarlo también desde su perspectiva científica para que nos pueda ampliar aún más el panorama de su conexión. Es importante ver qué pasa en nuestro cerebro cuando consumimos café, de igual manera cuando escuchamos o creamos música. De acuerdo con un artículo de la CBC la música y el café son elementos que liberan dopamina en nuestro cerebro. Un neurotransmisor relacionado con la motivación y el deseo, mismo que hace que repitamos conductas agradables que contribuyen a nuestra felicidad, optimismo y creatividad.
El café y la música, al ser dos elementos que generan dopamina (entre otras sustancias igual de importantes), su vínculo que existe se complementa, se hace más fuerte y se potencializa. Es por eso que los impulsos creativos, de energía, de optimismo y bienestar hacen que queramos repetir una y otra vez esta experiencia.
Para leer más puede visitar este artículo. Which one is more energizing: coffee or music?
Conclusión
No es para nada descabellado pensar que el consumo habitual del café, y su distribución a lo largo y ancho de las mayores ciudades europeas haya contribuido a generar el inicio de los grandes cambios sociales y artísticos que hoy disfrutamos. Por todo lo que representa, desde sus aportaciones nutricionales hasta ser un factor de convivencia, creación y cambio, el café llegó para quedarse, con sus aromas de optimismo y bienestar. Dicho esto, los espero en mi siguiente entrega del Café y la Música donde nos enfocaremos en los hábitos en torno al café de los grandes compositores de la música.
Gracias a los efectos que generan en nuestros neurotransmisores, el café y la música hacen la mancuerna perfecta para una gran experiencia recreativa e inigualable. Seguramente no será coincidencia que este maravilloso brebaje haya estado presente durante la maquinación de grandes ideas revolucionarias para la historia y el arte. En el caso de las creaciones musicales, sabemos que de por sí el proceso de producción musical implica un nivel emocionante de concentración y canalización creativa. Si además incluimos en la fórmula una infusión que ayuda a detonar un mayor nivel de hormonas que generan una sensación de felicidad y satisfacción, ¡imagina los resultados que obtendrías!
Por Ernesto Tonatiuh
Director de la Academia Música Proyecta
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Referencias
1.- Lemaire Gérard-Georges. I caffè Letterari. Milano: Bibliotechne, 1988.
2.- “Music in the Age of Coffee – John A. Rice, History of Music.” Google Sites. Accessed June 2, 2020.
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