A lo largo de la historia de la música en el cine, hemos presenciado una evolución constante que implica el uso y desarrollo de diferentes recursos. El estilo de la actuación, la definición de imagen, los guiones y el desarrollo de los géneros son algunos de éstos. De igual forma, hemos sido testigos de lo prolífico que resulta el séptimo arte para el encuentro de las Bellas Artes. La fotografía y la literatura son los primeros grandes componentes del séptimo arte que pudimos reconocer en la historia del cine pero, ¿qué pasa con la música?
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La historia de la música en el cine lo ha dejado claro: la música no fue un recurso vital para las producciones de la pantalla grande en sus inicios. Algunos historiadores, como Kurt London, proponen que la música solamente se utilizaba para reducir los sonidos que emanaban del proyector. Aunque esto sigue siendo motivo de debate entre musicólogos e historiadores, hay otras teorías que apoyan parcial o totalmente a London.
Según Michel Chion, compositor y crítico de cine francés, el público era una problemática mayor que el ruidoso proyector. En sus inicios, el cine no contaba con salas acondicionadas
para las proyecciones como las conocemos hoy en día. Más bien, el séptimo arte encontraba su sitio en lugares expuestos al ruido pues, la gente aplaudía, abucheaba y hasta comentaba conforme la película iba avanzando. Por otro lado, Chion señala que la música favorecía el enfoque y atención del público en la película, pues enfatizaba momentos importantes y creaba las atmósferas necesarias para cada escena.
Historia de la música en el cine: así fueron sus inicios.
La historia de la música en el cine es tan antigua como el propio cine. Desde los primeros días del cine mudo, la música ha desempeñado un papel crucial en la experiencia cinematográfica. A continuación, se presentan algunos hitos importantes en los inicios de la música en el cine:
1. Cine mudo (1890s-1920s):
Durante la era del cine mudo, las películas eran proyectadas sin sonido sincronizado. Para compensar la ausencia de diálogos y sonidos ambientales, se utilizaban pianistas, organistas o pequeñas orquestas en los cines para acompañar las películas en vivo. Estos músicos improvisaban o tocaban música compuesta específicamente para las películas.
2. Partituras y cue sheets:
Con la popularización del cine mudo, se desarrollaron partituras y cue sheets que proporcionaban indicaciones para los músicos sobre qué música tocar en cada escena. Estos documentos incluían instrucciones detalladas sobre el estilo de música, el tempo y la emoción que se buscaba evocar.
3. Compositores pioneros:
A medida que la industria cinematográfica crecía, surgieron compositores pioneros que escribieron música específicamente para películas. Uno de los primeros compositores destacados fue Camille Saint-Saëns, quien en 1908 compuso la partitura para la película “L’Assassinat du duc de Guise”, convirtiéndose en una de las primeras partituras originales para cine.
4. Música enlatada:
Con la llegada del cine sonoro en la década de 1920, la música grabada comenzó a utilizarse en lugar de música en vivo en los cines. Las compañías discográficas desarrollaron bibliotecas de música pregrabada, conocida como “música enlatada”, que los cines podían utilizar como acompañamiento musical para sus películas.
5. Compositores clásicos en el cine:
A lo largo de los años, compositores clásicos como Sergei Prokofiev, Dmitri Shostakovich y Aaron Copland incursionaron en la composición para el cine, elevando la calidad musical de las películas y llevando la música cinematográfica a un nivel artístico superior.
En resumen, los inicios de la música en el cine están estrechamente ligados a la era del cine mudo, donde músicos en vivo proporcionaban acompañamiento musical para las películas. Con la transición al cine sonoro, se desarrollaron nuevas técnicas y prácticas que sentaron las bases para la música en el cine tal como la conocemos hoy en día.
El cine mudo ¡sí sonaba! Conoce su historia.
Como ya vimos, en la historia del cine se contempla la utilización de la música como un remedio a las salas ruidosas en las que se proyectaban las películas. Sin embargo, otros historiadores sugieren que se aprovechaba esta situación para maximizar el efecto del cine sobre el público. Aunque no era una música formalmente escrita para la película, se trataba de acompañar la escena con melodías que fueran acordes a ella. No podíamos, por ejemplo, acompañar la escena de un asesinato con una pieza musical que resultara cómica o juguetona.
El músico encargado de acompañar la proyección de la película contaba con ciertos recursos para laborar. Uno de ellos era una recopilación de piezas (kinotecas) que evocaban estados de ánimo y sentimientos o que podían crear ciertas atmósferas, como las románticas o de guerra. También, las salas de proyecciones contaban con una banda musical de pocos elementos, fonógrafo o solamente un piano. Aunque en la historia del cine este arte quedó identificado como cine mudo en sus inicios, podemos concluir que el cine nunca fue en realidad, silencioso.
Nuestra vida no tiene banda sonora, ¿por qué la historia de la música en el cine sí?
La música da una segunda visión a la imagen, provocando un efecto parecido -como bien dice Conrado Xalabarder-, al de una ilusión óptica. No es lo mismo ver una imagen del mar en calma con música de carácter lento y melancólico, que con música armónicamente tensa y de tempo acelerado. Inmediatamente la segunda ejemplificación nos da el aviso de que “algo pasará”.
Debido a sus capacidades, algunos críticos cinematográficos y directores se han mostrado en desacuerdo con la aparición de la música en la historia del cine. Se la ha tachado de manipuladora, pues induce al público a emociones más fuertes de las que la imagen por sí sola podría provocar. Otro de los discursos de los directores de cine, era que tenían conflicto con que la música brotara de la nada, alegaban que así no era la vida real. Sin embargo, el cine obtuvo de la música herramientas inigualables e igualmente se deshizo de elementos innecesarios.
La música tiene la capacidad de situarnos en un periodo de tiempo determinado así como en ciertos lugares específicos. También puede presentarnos las emociones, presentimientos y perfiles psicológicos de los personajes. Es también capaz de reemplazar diálogos innecesarios y de maximizar las emociones. Tal vez todas éstas capacidades la hagan parecer, como algunos dicen, “manipuladora”. Pero, ¿tendría el cine el mismo efecto, profundidad e impacto sobre nosotros, sin la música presente? La historia de la música en el cine nos demuestra que no y que, muy lejos de desechar la música cinematográfica como recurso, se hicieron esfuerzos extra por sacar el máximo provecho.
Rescatar de las cenizas películas de producción mediocre a través de la música popular.
Luego de reconocerla como un elemento fuertemente favorecedor del séptimo arte, se trató de aprovechar al máximo los aportes de la música en el cine. Además de las kinotecas, y posterior a ellas, los músicos contaron con las “Cue sheets”. Estas, eran compilaciones de partituras que servían en específico para su aplicación a una película. El músico encargado de las proyecciones, tenía a la mano este material que se adaptaba a las herramientas musicales que tuviera al alcance (banda, piano, fonógrafo).
Posteriormente, se ideó escribir música original para las películas; aunque en sus inicios ésta música fue encargada a grandes maestros de la música académica, no resultó totalmente exitosa. Como bien dicen los historiadores, para que la música sea fructífera, el músico debe conocer bien el cine y el director debe ser consciente de las posibilidades que la música le ofrece. Algunos de los músicos más reconocidos que escribieron música para el cine fueron: Camile Saint-Saens, Dmitri Shostakovich, Ennio Morricone y Eric Satie.
Finalmente, los intereses cambiaron y en la década de los 70 ‘s la industria cinematográfica tenía el objetivo de hacer más con menos dinero. Fue entonces cuando se comenzaron a utilizar canciones de música popular con el objetivo de hacer las producciones más taquilleras. Éste recurso rescató varias películas hechas mediocremente de la ruina, pues la gente asistía sólo por escuchar la música. Cabe destacar que aunque aumentó el capital, esta década desencadenó una crisis compositiva para el cine.
La mayoría de las bellas artes, han tenido un impacto importante en la historia de la música en el cine. Pero tanta es la influencia de la música, que hoy en día es difícil imaginar emancipar el cine de ella. Con los elementos aquí descritos, podemos ver que la música, más allá de ser sólo una herramienta, es la co-protagonista del séptimo arte.
Por Jocelyne Castellanos.
Violoncellista y creadora de contenido.
Te invitamos a leer: Ennio Morricone. El artesano de paisajes sonoros del cine
Bibliografía de la historia de la música en el cine.
- Conrado Xalabarder, Música de cine, una ilusión óptica (Libros en Red: 2006)
- María del Carmen Aragú “Las bandas sonoras a lo largo de la historia del cine”
- Jaime Radigales, La música en el cine (Barcelona: UOC, 2008)
- Michel Chion, La música en el cine (Paidós, 1997)